y me llego con ese
descaro que me caracteriza
a tu casa
A alimentar a tu perro
a vivir de tus ojos
a comer sueños con levadura
a vivir fuera de la horfandad
Luego,
a los meses
te preguntarás
si todo esto habrá valido
medianamente la pena
cuando tu perro esté enfermo
tus ojos agotados
los sueños extintos
junto a los tiliches que no
quisite aceptar
2 comentarios:
¿Y no son esos, inevitablemente, los riesgos del vivir?
Aguacero en Verano, tan refrescante comentario,,, ese es el riesgo que todos tomamos, qué sería de nosotros sin ellos, una constante sin sentido... un poco de amor y tomar nuevamente los tiliches je
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