y me llego con ese
descaro que me caracteriza
a tu casa
A alimentar a tu perro
a vivir de tus ojos
a comer sueños con levadura
a vivir fuera de la horfandad
Luego,
a los meses
te preguntarás
si todo esto habrá valido
medianamente la pena
cuando tu perro esté enfermo
tus ojos agotados
los sueños extintos
junto a los tiliches que no
quisite aceptar