Nos gusta garabatear el destino
Delinearlo a nuestro antojo,
Logramos un mal bosquejo de lo irrealizable.
¿Es que hay tarea menos patética?
Sólo somos el antagónico resultado
De nuestros deseos más profundo y talvez banales.
Ya que nos soñamos
Ángeles concupiscentes;
Ícaros astronautas;
Inmorales centauros.
Solo somos el deseo indecoroso
De la irrealidad
De su tamaño,
Su valentía;
Todo envuelto en un total fracaso.
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