De la rabia,

Quisiera desprenderte
Cada fruto
Y hacer un preparado de amarguras.
Te mereces eso y más;
Ninguna mujer debe encandilar
A un hombre con pocas esperanzas.
Así como
Ningún hombre debe empeñarse en una mujer
Y quemar los pocos años que quedan
En un anhelo.

Cuando tenemos la posibilidad

Nos gusta garabatear el destino

Delinearlo a nuestro antojo,

Logramos un mal bosquejo de lo irrealizable.

¿Es que hay tarea menos patética?

Sólo somos el antagónico resultado

De nuestros deseos más profundo y talvez banales.

Ya que nos soñamos

Ángeles concupiscentes;

Ícaros astronautas;

Inmorales centauros.

Solo somos el deseo indecoroso

De la irrealidad

De su tamaño,

Su valentía;

Todo envuelto en un total fracaso.


angel elias
 

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